lunes, abril 20, 2009

La maldita prueba del puñal


Un secreto oculto hasta hoy es el que rodea la siempre definitiva prueba del puñal, para que los troperos estén en condiciones de conseguir su promesa scout.

La ceremonia comenzaba con la disertación de rigor, con un arma impecable en manos de quien había estudiado todas sus partes, características y funciones.

Y no es este el espacio para hacer público el mito que prácticamente todos saben, pero del que se comenta poco.

Con la distancia del tiempo es posible recordar algunos notables "aspirantes" a la promesa para quienes este paso -en el contexto de un campamento- era casi de vida o muerte.

Sorpresas también hubo. Una vez un tropero aguerrido, guía de su patrulla, machaca a toda prueba y militarizado en exceso, hizo todo bien, menos la parte final. Cuenta la historia que su jefe de tropa debió abalanzarse sobre él, y casi luchar, cual tarzán con un cocodrilo, para quitarle el puñal y evitar esa especie de infamia en que se incurría si el asunto no se meditaba a cabalidad.

En otro caso, uno de aquellos patrulleros quitados de bulla, de esos de la consigna "mientras más piola mejor", casi sin titubear hizo todo lo correcto, de principio a fin, y casi le arrancaba lágrimas a su jefe.

En todo caso, ambos individuos se fueron más tarde de sendos cachetazos y asunto arreglado, para "nacer de nuevo" y volverse miembro del movimiento de tomo y lomo, porque como dicen (aunque no siempre se la crean), "una vez scout, siempre scout".

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