martes, junio 13, 2006

El Raid de Parral


Uno de los grandes recuerdos que tengo del jamboree de Parral es el raid que hicimos “casi” todos, por excepción de algunos y algunas que se hicieron los enfermitos. Ya han pasado tantos años que mi memoria se ha puesto frágil...

Todo empezó una mañana en que todos partimos animadamente a la aventura de caminar y caminar... por distintos paisajes que no conocíamos.

Comenzamos pasando entre un bosque de pinos... todo estaba bien, ya que era la mañana y teníamos mucho ánimo, al pasar las horas el sol comenzó a pegar más y más fuerte... Luego recuerdo que pasamos por un embalse que de verdad era hermoso... no recuerdo el nombre... Luego subimos un cerro lleno de esa tierra que tanto nos gustaba...

De verdad que a esa altura el viaje ya se hacía infernal el sol pegando a todo lo que da, la guata sonando de hambre y con la boca seca de tanta sed... Caminamos muchas horas con el entusiasmo de que cuando llegáramos al final nos tendrían un delicioso almuerzo...

Muchos recuerdos ya se me han borrado, pero lo que recuerdo más claramente es el rico almuerzo que nos esperaba...un pan con chancho añejo y porotos con palos y todo....

Guacala!!!!


A pesar de todas estos “detalles” aún recuerdo el olor a los árboles cuando cruzábamos el bosque, la hermosa vista del embalse, y el sol pegando en mi cara...

Si pudieran aportar a mis recuerdos del raid, no me acuerdo de muchos detalles....

Coca

miércoles, junio 07, 2006

Palabra de JaJa: Tierral 96'

Son muchas las anécdotas que viví en el grupo desde que llegué a los 12 años a la Tropa, hasta cuando me retiré como miembro beneficiario a los 19, ya estando en la Ruta.

Creo que una de las que más tengo en la memoria ocurrió en el Jamboree del 96'.

Todo comenzó cuando a nosotros como tropa se nos informo que nos "hicieron" el gran favor de que estaríamos con la compañía en el mismo subcampo que las guías, nosostros (la tropa) pensamos, que sería para mejor.

El trayecto hacia Parral (lugar donde se desarrollaba el Jamboree), fue mas bien tranquilo y normal, pero sin antes comenzar con "la pata izquierda", cuando estábamos en la estación central.

A eso de las 8:00 A.M., Juan Carlos Campos, y Gabriel Angulo, dirigente y asistente respectivamente, nos llaman para realizar formación. Las patrullas eran la Búfalo y la Cobra… pero cuando nos vamos formando, Belfor Milla se da cuenta que habíaa dejado el báculo de la cobra en el colegio Santa Isabel de Hungría, lugar de reunión para ir a la estación.

La mamá de Belfor (sin antes que él se llevara un memorable improperio de parte de Juan Carlos (put’ que soi’ h.... por la crst!!.) agarró el auto, se fue como a gamba, y cuando venía de vuelta a la estación, los Sres. Carabineros le pasaron un parte por exceso de velocidad.

Cuando el báculo fué recuperado, al cabo de una hora o más tomamos el tren con rumbo a parral, sin saber que a la tropa el destino le tenía otra mala pasada.

Llegamos al lugar de campamento a eso de las 10 de la noche, cuando nos dicen que el subcampo en que íbamos a estar con la Compañía Juana de Arco era el número 1 Mediterráneo… hasta ahí todo bien, porque dijimos que eso era bueno. porque así no íbamos a caminar tanto para levantar el campamento.

En fin, comenzamos la caminata a éste y cuando entramos al subcampo, nos dimos cuenta que el suelo era más bien esponjoso, no por el pasto, s no que por la cantidad de tierra que este contenía, es más (sin exagerar), cuando uno caminaba, los pasos sonaban ¡PUF-PUF!, de ahí que este ya no se llamo mas Parral si no que, paso a ser llamado con el acertado nombre de TIERRAL.....!!!

Continuará......

Esta es la primera parte de este Jamboree. Les enviare la segunda parte, donde ocurre el “Niké” accidente y por supuesto el de el incidente de la ‘tropa al peo’ que, estoy seguro que cuando se lea, todos los troperos que estuvimos ahí (Ariel Astudillo, Danilo Astudillo, Belfor, Sebastián Zabala, Roger, Javier (jaja), Marcelo, Nicolas Ivanovic, Felipe Ssantander, y otros que se me quedan en el tintero) se matarán de la risa..

Bueno se despide un tropero de corazón, el Javier Rodríguez, conocido en esta tropa (y por supuesto en la compañía Juana de Arco) como JA-JA.

martes, junio 06, 2006

A Pucón... ¡en una Metalpar!


Cuando fuimos a Pucón, el año 1993, lo hicimos arriba de una micro amarilla Metalpar. No sé cómo entramos todos, con los respectivos cajones, báculos, etc.

Me acuerdo que los dirigentes habíamos acordado turnos para ir conversándole a los choferes con el fin que no se quedaran dormidos. Cabe señalar que en esa época el camino no tenía doble vía, así que eran un poco más riesgosos los "pestañeos" del conductor.

Pero igual llegamos a instalarnos a los "Ojos del Caburga" en lo que fue uno de los campamentos más recordados del Monseñor Berríos.

Minutos antes de escribir este par de líneas, le comentaba a alguien por messenger que mi memoria es media mala para archivar las anécdotas de los campamentos. De Pucón en particular, tengo en la mente algunos episodios.

Por ejemplo, me acuerdo que una vez -ya de noche- un bicho gigante entró a la carpa que ocupábamos con Juan Carlos, el cual casi por arte de magia desapareció... pero sólo hasta que desarmamos la carpa, porque el pobre murió aplastado en medio del despelote del "rincón insalubre", como el buen amigo Cristian Ubal recordó para siempre la carpa de los jefes. Conste, eso sí, que era sólo desorden.

También tengo en la mente una chancha que junto a su pequeño hijo chanchullo (o chanchito, ok, para no herir susceptibilidades) iba corriendo asustada de nosotros, ya que la habíamos descubierto robando en el campamento; pero la cerdita de pronto debe haber pensado: "¿por qué estoy corriendo?" y se chantó en seco. No pasaron ni tres segundos cuando todos íbamos de vuelta arrancando de una chancha enfurecida que con sus kilos de carne de la buena corría demasiado rápido.

Otro episodio fue el lago. Con mi gran amigo Claudio González arrendamos un par de botes y subimos a varios troperos y guías. Lo pasamos bien, pero fui un poco irresponsable, porque si nos hubiésemos volcado, el que menos sabía nadar era yo, justamente el asistente de tropa!!...

De hecho en los Ojos del CAburga casi me ahogué... pero no diré cómo me salvé, ni que salvavidas muy salvador me ayudó a no sucumbir en la profunidad de esas pozas intensamente azules.



Saludos a todos, escriban y manden fotos.

Gabrielus

PD: Nico, te prometo que tengo tu CD y que te lo voy a devolver, aunque quizás a estas alturas ya no corra en ningún lado!!